martes, 19 de mayo de 2009

La aventura de ser maestro

Mientras terminaba mi carrera en Lengua y Literatura hispanoamericana me vi en la necesidad de trabajar. Revisando en el periódico la selección de clasificados noté la posibilidad de ser maestro en una escuela privada. Después de una breve entrevista esa misma tarde estaba frente al grupo presentándome como nuevo maestro de filosofía e historia en quinto semestre, ciencias sociales y relaciones públicas en tercero, materia esta última desconocida.
La experiencia fue desastrosa, llena de frustraciones e insatisfacciones. Sin embargo no me desesperé. Creo que en gran parte me ayudó a superar estos problemas mi disposición por aprender y mi actitud, un tanto festiva y relajado con el grupo. Así, poco a poco fui haciendo modificaciones a mi forma de dar clases. Tomando en cuenta la naturaleza de las asignaturas que impartía empecé por incorporar diversas estrategias con la finalidad de hacer dinámica las clases. Al paso del tiempo todo mejoró, la relación con los alumnos, la dinámica de clase. La percepción de las asignaturas cambió, de ser consideradas materias aburridas pasaron a ser materias atractivas e interesantes. Mi noviciado había terminado después de cinco años en esta escuela llena de alumnos rechazados, humillados, ninguneados, con los que al final de mi estancia había logrado, no sin cierta complicación, una relación armoniosa.
Hace ocho años de esta experiencia que fue vital para mi crecimiento en la docencia y en lo humano, en todas sus esferas. Ser maestro siempre ha sido motivo de orgullo, y más en estos últimos tres años debido a que formó parte del profesorado de una de las mejores escuelas y del diplomado del bachillerato internacional, donde participo como maestro de literatura. Claro también me complace y me siento honrado de interactuar con jóvenes talentosos, llenos de energía y vitalidad que en el primer momento que ingreso al aula me contagio de su pasión por la vida. Quienes trabajamos en la docencia tenemos un secreto, estar en la fuente de la eterna juventud.

1 comentario:

Hector Pacheco dijo...

Creo que cada uno de nosotros tenemos una o varias experiencias que nos han ido sucediendo, a través del tiempo que nos hemos dedicado a esta noble profesión, de las cuales hay que sacar el mejor provecho para tratar de ser mejores cada día. Una de las cosas mas importantes que ha dado esta profesión es poder interactuar con estos grandes jóvenes de los cuales he aprendido mucho y lo cual me motiva a ser mejor, para responder a esas expectativas que traen consigo, cuando entran a la EMS.
Saludos
Hector